La edad puede tener un impacto trascendente sobre la fertilidad masculina la cual afecta la calidad y el conteo espermático. Además, la producción de espermatozoides suele disminuir después de los 25 años. Generalmente, al contrario de las mujeres, los varones pueden seguir fértiles hasta la edad de 60 o 70 años. Pero, con el avance de la edad podrían enfrentar problemas con sus espermatozoides que debilitarían sus capacidades de fertilización.
Dentro de estos problemas podemos citar los espermatozoides de mala calidad, la motilidad espermática, los defectos genéticos en el esperma o la escasa producción del mismo.
Para las mujeres, la concepción es posible durante el período de tiempo que abarca desde la menstruación hasta la menopausia. A lo largo de su vida una mujer puede liberar un número infinito de óvulos. En efecto, nace con una gran cantidad de óvulos que serán liberadas mensualmente durante la ovulación. Con el avance de la edad, el cuerpo femenino responde cada vez menos a las hormonas estimulantes de la ovulación. Tanto la calidad como la cantidad de los óvulos liberados mensualmente disminuyen desde los 25 años de edad. De hecho, los problemas de infertilidad son muy frecuentes después de los 35 años.
La edad, también, puede aumentar el riesgo de que los niños resultantes sufran defectos genéticos. Independientemente de si el embarazo ha sido logrado por medios naturales o por un tratamiento de FIV, las anormalidades genéticas suelen incrementarse en las mujeres mayores de 40 años.
Generalmente, la posibilidad de que el embarazo sea llevado a buen término disminuye con la edad ya que las mujeres mayores de 35 años correrán mayor riesgo de abortos involuntarios y embarazos ectópicos.
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